'Vivimos pendientes de la previsión meteorológica', explica el director de producción
El viento es el principal problema. El día es más frío de lo
esperado, pero todo lo que no sea lluvia es válido. Un equipo formado
por más de 80 personas se despliega en un paraje de aspecto inhóspito. El séquito de El Príncipe se moviliza para grabar una escena: dos semanas de preparativos y más de 13 horas de trabajo a la intemperie para producir apenas tres minutos de metraje del capítulo 28.
A pesar de que El Príncipe se caracteriza por el uso de cromas -fondos verdes que luego se sustituyen por paisajes-, las salidas a exteriores son otra de sus señas de identidad. Ceuta, Granada, Malta... El escenario en esta ocasión es una cantera a las afueras de Orusco de Tajuña,
un pueblo al sureste de Madrid, cuyos vecinos cumplen su rutina ajenos a
lo que ocurre ese día en un rincón del término municipal en el que
viven. El equipo de la serie no pisará el centro urbano. Todo lo que
necesitan está previsto: siete camiones para trasladar el equipamiento
de luces, sonido, decoración, atrezo..., otro con un grupo electrógeno,
una caravana para maquillaje y vestuario, siete turismos para traslados,
e, incluso, dos furgonetas con el catering.
"Hemos tenido que generar en la nada un lugar apto para el trabajo, instalando baños, carpas y todo lo demás", explica Carlos Baeza, director de producción de El Príncipe,
quien, no obstante, detalla que lo más complicado ha sido "tener que
parar la producción de la mina un día entero para poder rodar".
Quince días después de llegar a un acuerdo con los propietarios del
terreno, llega la fecha roja marcada en el calendario y, a pesar de los
esfuerzos por tener todo controlado, la incertidumbre es inevitable. "Vivimos pendientes de la previsión meteorológica;
si llueve no podemos rodar", cuenta Baeza. "Dependemos absolutamente
del tiempo", insiste antes de aclarar que si por necesidades del guión
hace falta lluvia, se tiene que fabricar de forma artificial.
Pero esta vez el cielo luce sin amenaza de precipitaciones y con
neblina, un regalo añadido para los técnicos de iluminación. "Si hubiese
estado el sol limpio completamente, el contraste con este suelo tan
blanco hubiese sido terrible", señala Federico Ribes,
director de Fotografía de la serie, al tiempo que muestra a EL MUNDO
durante un descanso en el rodaje las alternativas previstas: "Tenemos
ahí preparados aparatos que nos dan luz casi como el sol para poder
compensar". "Pero hoy no hemos tenido que usar nada", apunta.
Aunque la blancura agradecida por el equipo de iluminación es la
pesadilla de otros profesionales. El origen del color níveo del
escenario está en la arenisca de la cantera. Todo el suelo está envuelto
por un polvo espeso que se agarra a la ropa y al calzado azuzado por el viento. Un inconveniente muy molesto para la labor de Soledad Padilla,
encargada del maquillaje. "Con estas condiciones hay que retocar mucho
más", explica. Y el frío agrava la complicación: "Los actores tienen que
taparse constantemente y al tocarse con la ropa se pierde maquillaje".
También sufren por el viento los técnicos de sonido. La cantera es un
espacio abierto en el que las ráfagas de aire atraviesan dejando un rastro de ruido en los micrófonos. Además, la localización está situada en plena ruta de descenso de los aviones que se dirigen al aeropuerto de Barajas.
Rodaje de una escena del capítulo 28 de la serie. Foto: S. E-N
La jornada comenzó bien temprano. A las 6.30 h. de la mañana llegaron
los encargados de desplegar la logística en lo que serán los aposentos
de El Príncipe por un día. El resto del personal no tardará. Las hojas
del plan marcan desde las 8.00 hasta las 19.00 horas. "Yo he salido de
mi casa a las cinco y media de la mañana y no llegaré antes de las ocho
de la tarde", cuenta Soledad Padilla. Y como ella, muchos miembros del
equipo. A las 14.00 h. llega la hora del almuerzo. Todos se reúnen en un
comedor de campaña y eligen entre el menú del día:
puchero manchego, ensalada de espinacas con queso de cabra, rollitos de
col con verduras, pollo chow-mein, lomo asado con salsa y pastel de merluza.
Para los actores, la jornada también es intensiva. José Coronado (Fran), Álex González (Morey), Thaïs Blume (Mati) y Stany Coppet
(Khaled) son los convocados para rodar este día. Una y otra vez repiten
sus papeles, corrigiendo posiciones y ensayando los diálogos. Cualquier
mínimo error obliga a empezar de nuevo. La trama de la escena
transcurre en dos puntos alejados entre sí unos 500 metros. Un
walkie-talkie sirve al director para coordinar órdenes. «¡No! Lo tienen
que bajar del coche antes. ¡Volvemos al principio!».
Repetición tras repetición, transcurre el día. Actores, productores,
técnicos... cada cual cumple su función, aunque hay un puesto
prescindible... Un coche entra en escena: arranca, acelera y sale
disparado hacía el otro punto del rodaje. Antes de llegar, derrapa y
levanta una espectacular nube de polvo que se eleva en el aire. Al volante no hay ningún especialista. Del puesto de conductor se baja José Coronado pistola en mano, encantado de repetir el derrape cuantas veces haga falta.
José Coronado, 'Fran', en 'El Príncipe'. Foto: S. E-N
Retrospectiva de un fenómeno que se dirige hacia su final
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Telecinco emite este martes el tercer capítulo de la segunda temporada de El Príncipe,
uno de los fenómenos de mayor éxito de la ficción española en los
últimos años. En su primera temporada, obtuvo una media de más de 5,2
millones de espectadores, con especial pujanza entre el público juvenil
(rozó el 40% de cuota en el tramo de 13 a 24 años). En sus 13 capítulos
lideró su franja de emisión y en el episodio final marcó su récord de
audiencia con 6.290.000 espectadores (33,3%).
En el arranque de la segunda temporada, la serie ha mantenido su tirón.
Telecinco decidió estrenarla en el prime time de los martes, justo una semana después del hito de audiencia marcado por Antena 3 con Allí abajo:
6,3 millones de espectadores convirtieron a la comedia en el mejor
arranque de una serie desde 2005. El duelo fraticida entre ambas -las
dos son obra de la productora Plano a plano-se saldó con la victoria de El Príncipe
(4,9 millones de espectadores y un 24,7% de cuota, frente a los 4,6
millones y 22,7% de la comedia sobre vascos y andaluces). La semana
pasada El Príncipe creció y congregó a 5,1 millones de personas
frente al televisor.
A pesar del filón que Telecinco ha encontrado en las aventuras
ambientadas en la barriada ceutí, la serie no estirará su éxito, ya que
esta segunda temporada es también la final.
FUENTE: aqui
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